
Enero 25, 2018
DIOS RELACIONA LA PROSPERIDAD CON…
Algunas parejas, que confían en Dios, tienen ingresos económicos estables y mayores, y buscan usarlos para el beneficio de sus familias y la comunidad en general bajo la dirección de Dios. Hay otras parejas, que también confían en Dios, pero viven con ingresos económicos mínimos; pero, aun así, se sienten satisfechos porque están invirtiendo su vida conforme a los principios de Dios. No es una cuestión de cuánto dinero tenemos, sino de en donde ponemos nuestra confianza.
Cuando José, el sucesor de Moisés, se preparaba para llevar a los israelitas a la tierra prometida, Dios le dió estas instrucciones: “Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Sólo entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas. Mi mandato es: ¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas.” Josué 1.8–9 NTV.
Dios relaciona la prosperidad con la obediencia, el valor y la experiencia de su presencia en nosotros. No relaciona la prosperidad con la acumulación de dinero. Es importante reconocer cuán fácilmente nos sentimos atraídos por el dinero. Pero si no lo admitiéramos, la misma Palabra nos descubre: “Y así mi pueblo viene y se sienta delante de ti, como acostumbra hacerlo, para oír tus palabras. Pero no las ponen en práctica. Las repiten como si fueran canciones amorosas, pero su corazón va tras el dinero.” Ezequiel 33.31 DHH.
Una pareja nunca se arrepentirá de confiar en Dios, pero infinidad de parejas que han confiado en el dinero no encontraron una satisfacción total, sino sólo una disolución. Cuando nuestra confianza está en Dios, vemos el dinero como un instrumento que usamos para el bien. Los hombres y las mujeres que han controlado su encanto por el dinero hacen que agradar a Dios se vuelva su mayor deseo, y se tornan administradores de los recursos que él nos ha confiado.
Pidámosle a Dios que nos haga libres del amor al dinero, y que nos ayude a confiar cada día más en Él. “Dame entusiasmo por tus leyes en lugar de amor por el dinero. Aparta mis ojos de cosas inútiles y dame vida mediante tu palabra.” Salmo 119.36–37 NTV.

