
Enero 3, 2018
MENTALIDAD DE SALTAMONTES
¿Qué valor tienes para Dios? ¿Para tu cónyuge? ¿Para tus hijos? ¿Para tu familia? ¿Para las personas con que trabajas? ¿Para tus amigos? ¿Qué dice tu actitud y tu comportamiento acerca de la imagen que tienes de ti mismo?
Cuando Moisés y el pueblo de Israel estaba en el desierto de Parán, listos para ingresar a la tierra prometida, el Señor le dijo a Moisés que enviara hombres a explorar la tierra de Canaán. Los hombres que formaron esta comisión de espías fueron: Samúa, Safat, Caleb, Igal, Oseas, Palti, Gadiel, Gadi, Amiel, Setur, Nahbi, Geuel. Al regresar al pueblo, después de haber explorado Canaán, diez de los doce espías informaron: “había gigantes… ¡Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban ellos! Números 13.33 NTV. Estos diez espías no solo se veían como saltamontes, sino que dedujeron que los habitantes de Canaán también los veían como saltamontes.
Esa MENTALIDAD DE SALTAMONTES es típica de las personas que se sienten inferiores. Nuestra mente es muy poderosa, a veces nos hace ver una realidad que en verdad no es tan real como creemos. Nuestros pensamientos dirigen nuestras vidas, y si estamos influenciados por ideas o creencias equivocadas o perjudiciales, haremos que nuestra vida no sea como nos gustaría, y tendremos sentimientos desagradables que en realidad no tendríamos por qué tener. Lo que creemos o pensamos, sin darnos cuenta, lo proyectamos, los demás lo perciben, y así es como nos tratarán. Si por un momento nos diéramos cuenta de lo valioso que somos, podríamos dar un giro de 180 grados a nuestro mundo.
Muchas mujeres dicen: “Me siento fea, y sé que para los demás también soy fea.” Pero esas mujeres no son feas. Simplemente deciden pensar así de sí misma, y deducir que los demás las ven de la misma manera que ellas se perciben. Muchos hombres dicen: “No podre lograrlo, y sé que seré el payaso de todos.” La verdad es que no podemos saber si lo lograremos o no hasta intentarlo. Nuestro problema consiste en aceptar nuestros pensamientos y deducir que son la realidad.
Si luchas con sentimientos de inferioridad, ten la seguridad de que hay un buen grupo de personas que te conocen que te ven inteligente, agradable, interesante, elegante, bella, graciosa, encantadora, valiente y más valioso o valiosa de lo que tú te ves. Es importante que ese BUEN GRUPO DE PERSONAS apoyemos a los que experimentan sentimientos de inferioridad. Jesús les dijo a sus discípulos: “Todos ustedes son hermanos por igual” Mateo 23.8 NTV. Él quiere que nos amemos unos a otros y que lleguemos a ser una gran familia espiritual. Los que conocemos a Dios debemos hacer todo lo posible por dar apoyo, cariño y consuelo a quienes lo necesitan, como lo haría una verdadera familia. Los primeros en lograr esto deben ser los esposos, esposas, padres e hijos. Estas personal son las más cercanas, con mayor intimidad y más tiempo.
Cónyuges, recuérdenle a su pareja que él o ella posee la imagen de Dios. Sus habilidades, destrezas y sorprendentes cualidades son muchas. Tienen decenas de características admirables. Seguramente han experimentado el fracaso, pero esto no significa que son fracasados. El apóstol Pablo escribió: “estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva” Filipenses 1.6 NTV. Repitamos esta verdad para nosotros mismos y para los seres que amamos, y actuemos acorde a ella.