
Noviembre 22. 2017
LA INTERVENCIÓN DE DIOS Y SU DISCIPLINA LOGRAN QUE NUESTROS ERRORES TOMEN UN GIRO DIFERENTE AL QUE PENSÁBAMOS
Génesis 2.16–17 RV60
“16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”
El primer matrimonio quebranto el único mandamiento que Jehová les había dado, y eso produjo que todo tomara una dirección diferente. Estoy seguro de que no tenían ni idea de las consecuencias individuales que su desobediencia produciría.
Cuando pienso en esto, se me ocurre que ninguno de todos los que hemos pecado nos hemos imaginado el tipo de consecuencias que nuestros actos acarrearían. Estoy hablando de las consecuencias particulares, y no de todas aquellas generales que la Biblia revela.
Adán y Eva se dieron cuenta de su disciplina hasta que Jehová se las revelo. Dios le dijo a la mujer: “Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”, y al hombre Jehová dijo: “maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” Génesis 3:16-19 RV60
Estos juicios sobre Adán y Eva representarían un recordatorio constante de los resultados del pecado, y cada juicio fue emitido a la medida de cada uno de los miembros del matrimonio.
Es un común denominador que la disciplina nos parezca muy difícil, embarazosa, insoportable, penosa, confusa, incomoda, inaguantable. La Biblia dice acerca de los que experimentan la disciplina: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza” Hebreos 12.11a RV60
Esta es la razón por la que muchos toman la decisión de esconderse, negar o huir de las consecuencias que producen sus errores. Pero la intención de Dios con la disciplina apunta hacia otro nivel “pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad” Hebreos 12:10b NTV
El día que Dios emitió su juicio sobre los miembros del primer matrimonio se reveló una disciplina que al parecer fue motivo de mucha tristeza, pero lo que en realidad estaba sucediendo es que Dios les estaba permitiendo participar de su santidad.
La palabra disciplina se traduce del griego παιδεία, de la cual también obtenemos: instrucción, corrección, entrenamiento, educación y enseñanza. Παιδεία es una herramienta de formación de carácter, personalidad, responsabilidad, y madurez. A través de la disciplina de Dios yo puedo ser transformado, puedo estar más cerca de Dios, y puedo producir muchos frutos buenos que glorifiquen a Dios y beneficien a mi cónyuge.
Veamos ahora el versículo completo de Hebreos y enfaticemos la última parte. “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Hebreos 12.11 RV60
La intervención de Dios y su disciplina logran que nuestros errores tomen un giro diferente al que pensábamos. Si aceptamos la disciplina de Dios estamos permitiendo que el lleve a cabo su plan sublime y maravilloso. Estaremos permitiendo que Él nos ayude, y que todo tenga un buen final. Por eso Romanos 12:28 RV60 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas (buenas o malas) les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”