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Diciembre 5. 2017

SEXO, UNA EXPRESIÓN DE AMOR EN EL MATRIMONIO

En medio de la lectura de hoy encontré la narración: “José en la casa de Potifar” Génesis 39.1-23


José pudo haber tratado de justificar una aventura sexual con la esposa de Potifar. Pudo haber argumentado que se sentía alejado de su familia, abandonado a la deriva y olvidados por Dios. Pero José, en vez de buscar un consuelo superficial y precipitado en los brazos de la esposa de Potifar, decidió LITERALMENTE correr de la tentación sexual. José no solo revela su respeto a Dios y a su amo Potifar, sino también revela una sublime perspectiva de las relaciones sexuales. Perspectiva que todos deberíamos de tener.

En la actualidad, existe una idea popular de que el sexo es una necesidad biológica al mismo nivel que la sed o el hambre. La propuesta es: si tienes sed, bebe; si tienes hambre, come; si tienes deseo sexual, satisfácelo. Esta propuesta reduce la relación sexual a una mera copulación. La verdad es que podríamos comer y beber en cualquier esquina, tienda, comedor, restaurante o casa, y lograríamos satisfacer la sed y el hambre, pero tener relaciones sexuales cada vez que se nos antojen, y con cualquiera, no satisface el profundo anhelo del alma del ser humano creado por Dios.

Existen razones por las que los hijos de Dios no ven las relaciones sexuales como un impulso biológico al nivel de la sed o el hambre. Los creyentes ven las relaciones sexuales como un privilegio de unidad y una libre expresión de amor entre un hombre y una mujer comprometidos uno con el otro mediante el pacto del matrimonio. Según entiendo, las investigaciones sociológicas, antropológicas y psicológicas de los años pasados han confirmado esta perspectiva de la sexualidad humana.

Cada uno de nosotros debe tomar una decisión: tener relaciones sexuales sin inhibición, o reservar las relaciones sexuales para aquella persona con la cual estamos dispuestos a hacer un compromiso para toda la vida. Está no es una decisión PEQUEÑA. Por el contrario, es una decisión GRANDE y TRASCENDENTAL. Nuestra decisión afectará nuestra relación con Dios, nuestro prójimo, nuestra salud, nuestro físico, nuestra economía, y nuestras emociones, así como nuestra satisfacción sexual para el futuro. Paremos de justificarnos y huyamos de la tentación.

“Hijo mío, presta atención a mi sabiduría, escucha cuidadosamente mi sabio consejo. Entonces demostrarás discernimiento, y tus labios expresarán lo que has aprendido. Pues los labios de una mujer inmoral son tan dulces como la miel y su boca es más suave que el aceite. Pero al final ella resulta ser tan amarga como el veneno, tan peligrosa como una espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte, sus pasos conducen derecho a la tumba. Pues a ella no le interesa en absoluto el camino de la vida. Va tambaleándose por un sendero torcido y no se da cuenta. Así que ahora, hijos míos, escúchenme. Nunca se aparten de lo que les voy a decir: ¡Aléjate de ella! ¡No te acerques a la puerta de su casa! Si lo haces perderás el honor, y perderás todo lo que has logrado a manos de gente que no tiene compasión. Gente extraña consumirá tus riquezas, y otro disfrutará del fruto de tu trabajo. Al final, gemirás de angustia cuando la enfermedad consuma tu cuerpo. Dirás: «¡Cuánto odié la disciplina! ¡Si tan solo no hubiera despreciado todas las advertencias! ¿Por qué no escuché a mis maestros? ¿Por qué no presté atención a mis instructores? He llegado al borde de la ruina y ahora mi vergüenza será conocida por todos». Bebe el agua de tu propio pozo; comparte tu amor únicamente con tu esposa. ¿Para qué derramar por las calles el agua de tus manantiales teniendo sexo con cualquiera? Deben reservarla solo para los dos; jamás la compartan con desconocidos. Que tu esposa sea una fuente de bendición para ti. Alégrate con la esposa de tu juventud. Es una cierva amorosa, una gacela llena de gracia. Que sus pechos te satisfagan siempre. Que siempre seas cautivado por su amor. Hijo mío, ¿por qué dejarte cautivar por una mujer inmoral o acariciar los pechos de una mujer promiscua? Pues el SEÑOR ve con claridad lo que hace el hombre, examina cada senda que toma. Un hombre malvado queda preso por sus propios pecados; son cuerdas que lo atrapan y no lo sueltan. Morirá por falta de control propio; se perderá a causa de su gran insensatez.” Proverbios 5:1-23 NTV

“Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo les conviene. Y aunque «se me permite hacer cualquier cosa», no debo volverme esclavo de nada. Ustedes dicen: «La comida se hizo para el estómago, y el estómago, para la comida». (Eso es cierto, aunque un día Dios acabará con ambas cosas). Pero ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le importa nuestro cuerpo. Y Dios nos levantará de los muertos con su poder, tal como levantó de los muertos a nuestro Señor. ¿No se dan cuenta de que sus cuerpos en realidad son miembros de Cristo? ¿Acaso un hombre debería tomar su cuerpo, que es parte de Cristo, y unirlo a una prostituta? ¡Jamás! ¿Y no se dan cuenta de que, si un hombre se une a una prostituta, se hace un solo cuerpo con ella? Pues las Escrituras dicen: «Los dos se convierten en uno solo». Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con él. ¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como este, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo. ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.” 1 Corintios 6:12-20 NTV

“Honren el matrimonio, y los casados manténganse fieles el uno al otro. Con toda seguridad, Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.” Hebreos 13:4 NTV

Reconozco que Dios es especialmente celoso con aquellos que utilizan su cuerpo para la inmoralidad sexual. En las listas de pecados, la inmoralidad sexual siempre está en primer lugar. También, hay que considerar que en la familia de Dios uno de los pecados más bochornosos es la inmoralidad sexual. Si nunca has pecado de esta forma, mantente fiel y se fuerte ante esta tentación. Si estas practicando la inmoralidad sexual, considera que ninguna de tus razones te justifica delante de Dios. Estas atentando contra el templo donde el habita. Debes de arrepentirte y buscar de ahora en adelante honrar a Dios.

Sexo, una expresión de amor en el matrimonio: News
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