
Enero 11, 2018
EL TIEMPO JUNTOS
Tanto los padres como las madres hoy en día están muy ocupados, y tienen que hacer malabarismos entre el trabajo y la vida familiar. Ahora más que en ninguna otra época, las cosas se vuelven más complicadas para el matrimonio y la paternidad a causa del estilo de vida que se lleva en la sociedad.
En el mundo excesivamente ocupado de hoy, ¿de donde sacamos tiempo para pasar con nuestra pareja y los hijos como Dios nos manda en Deuteronomio?
“Oye, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente como señales, y escríbelos también en los postes y en las puertas de tu casa.” Deuteronomio 6.4–9 DHH
Creo que es importante compartir algunos tips de familias MUY ocupadas que han logrado llevar una vida satisfactoria, y que además son efectivas en la sociedad. Estoy convencido que una familia, hoy en día, puede con mucho más de lo que se pensaba que eran capaz de hacer.
La preparación y planificación son claves. Si dejamos cosas sin completar o desorganizadas la noche anterior, cuando amanezca empezaremos a correr durante todo el día. Resulta muy importante planificar los días antes de que lleguen y también, preparar las cosas cuando tengamos un momento para poder avanzar. Por ejemplo: el día antes podemos adelantar la comida para el día siguiente, preparar la ropa de nuestros hijos por la noche para que se la pongan por la mañana, preparar nuestra ropa, etc. Parecen pequeñas cosas, pero nos ayudarán a evitar el estrés y el pánico de la pérdida de tiempo desde las primeras horas de la mañana.
Debemos aprender a maximizar nuestro tiempo de calidad familiar. Es posible que trabajemos muchas horas durante la semana, pero es muy importante que planifiquemos tiempos durante la semana para hacer cosas solo con la familia. Ellos nos necesitan. Debemos esforzarnos para programar actividades familiares como salir a pasear, salir a comer, jugar juegos en casa, asistir a la iglesia, tener devocionales familiares, etc. Este tiempo es el que verdaderamente importa.
También es necesario energizar el vínculo entre la pareja para que la familia funcione bien. Padres que se comunican, se atienden, se aman y se respetan, llevan mucho mejor la vida familiar. Además, debemos recordar que no solo somos padres, sino también somos pareja. Es necesario buscar opciones para poder pasar ratos solos y disfrutar el uno del otro.
Si la pareja esta energizada podremos fácilmente compartir las tareas. Ambos somos responsables de los hijos, del mantenimiento de la casa, de las finanzas, de la instrucción espiritual, de la disciplina y del amor. Ser familia es tener la oportunidad de dar y recibir por igual.
Si la pareja es diestra en compartir las tareas, podremos fácilmente adaptarnos a los cambios. Desde que los bebés nacen van creciendo y las rutinas irán cambiando poco a poco. Ocurre igual en cada aspecto concerniente a la familia. Debido a todos los cambios será necesario ser flexibles tanto como sea posible. Es necesario ser flexibles diariamente y olvidar la rigidez mental. Que los hijos se enfermen y que no podamos trabajar en todo lo planificado porque debemos atenderlos es algo que ocurre. Cancelar una actividad porque algo surgió repentinamente es normal. Quizá un día no tengamos tiempo ni de sentarnos en el sofá 5 minutos. Es necesario ser flexible y aceptar los días como van llegando.
Si las cosas no salen como planeamos, no es saludable sentirse extremadamente culpable. Existe la típica culpabilidad que a muchos no los deja ni dormir. Se pueden sentir culpables por no pasar demasiado tiempo en familia, por tener la casa desordenada, por no tener tiempo para cocinar comida más saludable, por ganar menos dinero. La vida se vuelve amarga por sentirse culpable por todo. Y esto, ni es bueno para la salud emocional ni tampoco sirve para nada. Es contraproducente y una pérdida de nuestro valioso tiempo y energía. No permitamos que esa culpabilidad absurda llegue a nuestra mente. En su lugar, pensemos que nuestra familia siempre estará bien atendida, provista, amada y guiada.
Con un poco de planificación, creatividad y flexibilidad, los tiempos de nuestras familias pueden convertirse en momentos para hablar, disfrutar en familia, escuchar los acontecimientos, sentimientos y frustraciones de las experiencias de unos y otros. Con el tiempo descubriremos que vale la pena el esfuerzo, y es muy probable que los atesoremos como la fuente de recuerdos familiares favoritos.