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Diciembre 27, 2017

LA MEJOR MANERA DE TRATARNOS

Dios se caracteriza por mostrar constante preocupación por las personas vulnerables al maltrato de parte del resto de la sociedad. En Levíticos 19 el Señor nuestro Dios nos da luces de quienes son los individuos que componen esos grupos vulnerables, y entre ellos tenemos: los hijos, los emigrantes o extranjeros, los sordos, los ciegos, los que no tienen casa, las viudas, los huérfanos, los ancianos.

Cuando la sociedad pierde respeto por Dios, rápidamente pierde el respeto por la vida de aquellos que consideran innecesarios, tales como: los que aún no han nacido, los niños, los minusválidos, los enfermos, los viciosos, los desprovistos, los ancianos. Sobre cualquier persona que se encuentre en un estado vulnerable, Dios dice: “lo amarás como a ti mismo.” Levíticos 19.34 LBLA

¿Es posible que en la relación matrimonial alguno de los cónyuges esté siendo maltratado? Creo que es muy importante admitir que ya no es raro descubrir que en algunos matrimonios hay un agresor y una víctima. Donde debería abundar el amor, en su lugar, hay agresiones. El maltrato psicológico en la pareja es un tipo de violencia, yo diría que el más generalizado y, lo más lamentable, el que se acepta como normal. En la sociedad este tipo de violencia es muy poco detectable, y difícil de probar, aunque su poder nocivo puede ser infinitamente superior al de la violencia física. La meta principal de este tipo de violencia es hacer sufrir a su víctima usando la intimidación, culpabilización o desvalorización. Lo mas triste es que el agresor se aprovecha del amor que la víctima le tiene.

Las consecuencias que experimenta la persona que recibe el maltrato psicológico pueden ser: inseguridad, baja o nula autoestima, miedo, culpabilidad, sensación de fracaso, sentimientos ambivalentes, subestimación del maltrato, tolerancia a la humillación o desprecio, estrés, ansiedad, problemas de sueño, problemas alimenticios, aparición de enfermedades físicas, cansancio, tristeza, apatía, depresión.

Tengamos en mente que cuando perdemos el respeto por Dios, rápidamente perderemos el respeto por la vida de las otras personas, esto incluye a las que hemos prometido amar.

Dios continúa demandando un buen trato para los más frágiles y vulnerables. El mandamiento “lo amarás como a ti mismo” sigue teniendo un fuerte eco hasta el día de hoy.

“Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros” Juan 13.34 LBLA

“Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: Amaras a tu projimo como a ti mismo” Gálatas 5.14 LBLA

“Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros” Romanos 12.10 LBLA

“Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios” 1 Juan 4.7 LBLA

Si en verdad deseamos amar intensamente a nuestro cónyuge, empecemos por amar a Dios.

La mejor manera de tratarnos: News
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