top of page
Screenshot 2018-01-05 00.56.18.png

“UNA SIMPLEZA INDISCUTIBLE REALIZANDO UN TRABAJO ESPECIAL”

En la siguiente clase te estaré guiando en un descubrimiento de ¿Quien nos hizo Dios? Creo que cuando entendemos quien nos hizo Dios, entonces entendemos ¿Para qué nos hizo Dios? Lo que hago está determinado por quien realmente soy yo. Quien Dios me hizo, determina lo que Dios intenta que yo haga. Dios no nos dio talentos, personalidad, dones espirituales, y todo tipo de experiencias en la vida para luego no utilizarlas. Tengo la fe que después de revisar y estudiar los puntos necesarios tú descubrirás el ministerio que Dios diseño para ti. ¿Qué es Ministerio?, Es la única manera que Dios quiere que tú le sirvas a Él.


Aquí está la definición de lo que deberíamos entender por ministerio: “ministerio es usar lo que sea que Dios me ha dado para servirle a Él y a mis semejantes”. Lo que Dios te ha dado es lo que Él espera que uses para servirle a Él y al resto de la humanidad. Observa lo que se dice acerca de los cristianos de Macedonia: “su primer paso fue entregarse ellos mismos al Señor y a nosotros, tal como Dios quería.” 2 Corintios 8.5 NTV.


Nosotros ministramos en tres direcciones. PRIMERO, nosotros ministramos al Señor. Nosotros lo hacemos a través de la adoración, a través de la iglesia. Cuando nosotros adoramos, nosotros en realidad le estamos ministrando a Él. Entendamos por adoración lo que la misma Biblia nos dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” Romanos 12:1 RV60. SEGUNDO, nosotros ministramos a los creyentes. Dios reconoce que usted ha trabajado con amor, cuando usted sirve a los creyentes. “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún” Hebreos 6:10 RV60. TERCERO nosotros ministramos a los no creyentes. “Vosotros sois la sal de la tierra”… “Vosotros sois la luz del mundo” Mateo 5:13,14 RV60.

El ministerio, como todas las cosas cumple un propósito. “Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás” 1 Corintios 12:5-7 NVI. Dios quiere usarme para beneficio de los demás, y a los demás usarlos para beneficio mío. El propósito del ministerio es beneficiarnos unos a otros. El mismo propósito del ministerio Dios lo expresa usando otras palabras como: “Se ayudan mutuamente” Efesios 4:16 RV60. “Para la edificación del cuerpo” Efesios 4:12 RV60. “Todos miembros los unos de los otros” Romanos 12:4,5 RV60. “Sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros” 1 Corintios 12:25,26 RV60. El plan de Dios es que cada uno de nosotros aporte beneficio a los demás. Y si no lo sabias… quiero decirte que tú también puedes aportar muchísimo. 10 verdades que afirman que cualquiera de nosotros puede aportar beneficiosamente.


HEMOS SIDO CREADOS PARA MINISTRAR. “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” Efesios 2:10 NVI. El propósito por el cual Dios me hizo es para realizar buenas obras.

HEMOS SIDO SALVOS PARA MINISTRAR. “quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad” 2 Timoteo 1:9 LBLA . La Biblia enseña que cada cristiano es salvo para servir. Un cristiano que no sirve es una contradicción.


HEMOS SIDO LLAMADOS PARA MINISTAR. “vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido” Efesios 4:1b NVI. Cada cristiano, desde el momento en que viene a ser un cristiano, es llamado a ministrar. Si me preguntan: ¿cuántos ministros hay en la iglesia? Yo respondería: cuente a los cristianos que hay aquí, esa es tu respuesta. Se lo que ellos quieren decir, pero están equivocados. Si alguien dice: ¿Cuántos predicadores tienen? o ¿Cuántos miembros trabajan a tiempo completo?  Eso es una cosa, pero ¿Cuántos ministros? Todos los cristianos somos ministros. La Biblia enseña eso. 

HEMOS SIDO DOTADOS PARA MINISTRAR. “Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas” 1 Pedro 4:10 NVI. Para ministrar la única manera es usando los dones que hayamos recibido. Note bien que los dones no pueden ser nuestro antojo, sino la gracia de Dios. Debe ser nuestra meta descubrir los dones que hemos recibido para así servir a los demás.


HEMOS SIDO AUTORIZADOS PARA MINISTRAR. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” Mateo 28:18,19 RV60. Esto no es porque yo lo merezca. Yo no merezco ser ministro. Ni siquiera merezco ser cristiano, pero todo esto es por la gracia de Dios. Yo he sido autorizado y usted es también autorizado para ministrar a otros.


SE NOS HA ORDENADO MINISTRAR. “Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor” Colosenses 4:17 RV60. El cumplimiento de la vida es que encuentres y ejecutes el ministerio para el cual te hizo Dios. Encontrarás satisfacción en esto más que en cualquier otra área de su vida, porque esto es lo que Dios planeo.

HEMOS SIDO PREPARADOS PARA MINISTAR. “11Él fue quien les dio a unos la capacidad de ser apóstoles; a otros, la de ser profetas; a otros, la de ser evangelistas; y a otros, la de ser pastores y maestros.  12Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, que es su cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes” Efesios 4:11,12 BLA. Yo fui preparado para el ministerio de evangelista. Usted ha sido preparado para su propio ministerio.


LA IGLESIA NECESITA NUESTRO MINISTERIO. “Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es un miembro con su función particular” 2 Corintios 12:27 DHH. Al charlar entre cristianos en ocasiones escucharas: “Busco una iglesia donde me sienta bendecido.” o “busco una iglesia donde me alimente.” Pocos dirán: “Busco una iglesia donde me sienta bendecido y donde pueda bendecir a otros con mi participación.” o “busco una iglesia donde me alimente y donde pueda alimentar a los demás.” El cuerpo de Cristo necesita mi ministerio. Cristo mismo está esperando que participe. “36Y al ver la gran cantidad de gente que lo seguía, Jesús sintió mucha compasión, porque vio que era gente confundida, que no tenía quien la defendiera. ¡Parecían un rebaño de ovejas sin pastor! 37Jesús les dijo a sus discípulos: «Son muchos los que necesitan entrar al reino de Dios, pero son muy pocos los discípulos para anunciarles las buenas noticias»” Mateo 9:36,37 BLA. Esto sigue siendo la verdad de hoy. Nosotros vivimos en países, donde sus habitantes se cuentan por millones. A todos nos es fácil observar la confusión, peligro, abusos, etc. En nuestras ciudades hay más gente lista para recibir a Cristo que los que estamos listos para compartir a Jesús. La iglesia necesita mis aportes.

DAREMOS CUENTAS DE NUESTRO MINISTERIO. “Así pues, cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios” Romanos 14:12 DHH. Un día estaré frente al Señor y daré cuentas de lo que Él me haya dado, de los dones espirituales y de las habilidades que Él puso en mí. Un día también tu darás cuenta de lo suyo.


SEREMOS RECOMPENSADOS EN BASE A NUESTRO MINISTERIO. “23Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, 24conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor” Colosenses 3:23,24 NVI. ¿No es esto una gran noticia? ¡Seremos recompensados en base a nuestro ministerio! Nuestro servicio no es recompensado por nadie menos que Cristo el Señor. Nuestra recompensa será una GRAN RECOMPENSA. “Su señor le respondió: «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!»” Mateo 25:23 NVI.

La Biblia nos ha mostrado claramente que: hemos sido creados, salvos, llamados, dotados, autorizados, se nos ha ordenado ministrar, hemos sido preparados para ministrar, el cuerpo de Cristo (la iglesia) necesita mi ministerio, daremos cuenta de nuestro ministerio, seremos recompensados en el cielo en base a nuestro ministerio. Todo esto es lo suficientemente bueno como para estar interesado en el ministerio. Ahora… quizás te estas entusiasmado, pero te preguntas ¿Cómo empiezo? En Romanos 12:1-8 podemos encontrar una explicación de ese proceso.


PASO 1: DEDICAR NUESTRO CUERPO. “Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual,  ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” Romanos 12:1 NVI. El hecho de que estemos participando en esta clase es señal que estamos dedicados a Dios. Tú le dices a Jesús: “Señor Jesucristo yo quiero servirte. Me ofrezco completamente a ti Señor. No entiendo esto por completo, pero me dedico a ti para ser quien Tú quieras que yo sea”. Pablo dijo: OFREZCA y viene del griego: παρίστημι, que indica “estar cerca”, “estar en”, “estar frente a”. Este verbo griego es el mismo que se usó al describir la escena cuando María la madre de Jesús se presentó al lado de la cruz. De la misma manera nos ofrecemos físicamente ante el Señor. Tal acción es considerada culto racional (ajustado a la naturaleza verdadera, relativo a lo genuino, espiritual). El hecho de ordenarle a tu cuerpo presentarse a todo aquellos que sirva al Señor es culto, es adoración.

PASO 2: ELIMINAR LA DISTRACCION. Este es el paso que algunos de nosotros debemos de ejecutar ya. La razón por la que no estás viviendo tu ministerio es porque tu vida está llena de distracciones. “Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto” Romanos 12:2 TLA. UNA VELA no puede ser encendida por los dos extremos. Si la vela es encendida por los dos extremos, entonces ya no es útil para lo que fue hecha. Si eres realmente serio con respecto a servir a Dios, tendrás que cortar tajantemente distractores de todo tipo y tamaño. Pablo escribió cambien: μεταμορφόομαι (transformar, cambiar de aspecto,). No podemos añadir y añadir de Dios en nosotros, sin cortar con aquello que estamos acostumbrados a hacer o ser.


PASO 3: EVALUAR CAPACIDADES. “Dios en su bondad me nombró apóstol, y por eso les pido que no se crean mejores de lo que realmente son. Más bien, véanse ustedes mismos según la capacidad que Dios les ha dado como seguidores de Cristo” Romanos 12:3 TLA. La acción a la que el versículo nos conduce es: ser honestos. Cada uno de nosotros somos una gran mezcla de fortalezas y debilidades. Tenemos cosas en las que somos muy buenos, otras en las que debemos trabajar para ser mejores, y hay también las que debemos dejar que otros las hagan. Entre los cristianos algunos son buenos con las manos, otros son buenos con las palabras, los que son buenos con los números, los que son buenos con cosas. Encontramos a los que son buenos con los proyectos. Dios planeo colocarnos a todos juntos con nuestras diferencias para que cada uno ministrara a su compañero y también recibiera ministración. Esto nos conduce al siguiente paso.

PASO 4: COOPERAMOS CON OTROS CREYENTES. “4Porque, así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros sirven para lo mismo, 5así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo” Romanos 12:4-5 DHH. Pablo utilizo la analogía del cuerpo y hay cuatro implicaciones importantes:


Cada miembro es un ministro en el cuerpo de Cristo. Yo soy ministro. Usted es ministro (a). No hay ninguno entre los miembros que no haya sido diseñado para ministrar


Cada miembro tiene una función diferente. Lo que hacen mis piernas no lo pueden hacer mis manos. Lo que hacen mis ojos no lo pueden hacer mis orejas. Las diferencias entre los miembros son la que realmente hace que funcionemos como un cuerpo.


El ministerio de cada miembro es importante. Un cuerpo sin brazos es un cuerpo incapacitado para conducir. Un cuerpo sin boca está limitado para comunicarse.  ¿Qué parte de su cuerpo podría cortar y desechar? Cada miembro en la iglesia es importante.

Cada miembro está unido a los demás. El maravilloso cuerpo, la iglesia, es lo que es por la hermosa gracia del Salvador. “13Todos fuimos bautizados por  un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu… 21El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito.» Ni puede la cabeza decirles a los pies: «No los necesito.»  22Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son indispensables” 1 Corintios 12:13,21,22 NVI


PASO 5: ACTIVAR NUESTROS DONES. “6Dios nos ha concedido diferentes dones, conforme a lo que quiso conceder a cada uno. Y si Dios nos ha concedido el don de profecía, hablemos según la fe que tenemos; 7si nos ha concedido el don de servir a otros, sirvámosles bien. El que haya recibido el don de enseñar, dedíquese a la enseñanza; 8el que haya recibido el don de animar a otros, dedíquese a animarlos. El que da, hágalo con sencillez; el que ocupa un puesto de responsabilidad, desempeñe su cargo con todo esmero; el que ayuda a los necesitados, hágalo con alegría” Romanos 12:6-8 DHH. La lista de los dones contenida en Romanos 12:6-8 no es una lista exhaustiva. Pero tiene un principio especialísimo. Dios nos ha concedido dones en particular según nuestra capacidad. Él no espera nada menos ni nada más que vivamos ministrando nuestros dones. Cualquiera que sea ese don, la iglesia lo necesita para ser un cuerpo perfecto. Cristo nos dejó a cargo de sus bienes. Se le antojó tener confianza en nosotros. Si observamos muy bien podemos notar que lo que nos confió lo midió según nuestras capacidades. Entonces surge la pregunta…

¿Qué FORMA me dio Dios para el Ministerio? Tus manos me hicieron y me formaron. Job 10:8a RV60. Dios nos moldeó y nos formó para nuestro ministerio desde el vientre de nuestra madre. 14Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien. 15No estaba oculto de ti mi cuerpoa, cuando en secreto fui formado, y entretejido en las profundidades de la tierra. 16Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos. Salmo 139.14–16 LBLA. Fuimos formados con un propósito. No por accidente sino con una especial razón. Somos únicos. No hay nadie más como nosotros en el mundo. Si no hacemos el ministerio que Dios nos ha dado, nadie más lo hará por que Dios nos hizo únicos. Somos hermosamente complejos. 20Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: Por qué me hiciste así? 21¿O no tiene el alfarero derecho sobre el barro? Romanos 9.20–21a LBLA. No es posible que digamos: ¿Por qué no me hiciste diferente? ¿Por qué no me diste la habilidad de poder hablar ante la gente, o de leer más rápido, de ser más alto, más bajo, o más delgado? Dios nos dio una FORMA especial: coloco dones en nosotros, nos apasionáramos por cosas específicas, nos proporcionó habilidades, nos dio una personalidad, nos ha dado experiencias. Todo esto es un diseño especial y tiene una intención especifica.


Nuestro ministerio está determinado por la FORMA en que Dios me hizo. 4Hay diferentes clases de dones espirituales, pero el mismo Espíritu es el que los da. 5Hay varias maneras de servir, pero todas sirven al mismo Señor. 6Y hay diferentes habilidades para realizar servicio, pero el mismo Dios da habilidades a todos. 7La presencia del Espíritu es mostrada en alguna manera a cada persona para el bien de todos. 1 Corintios 12:4-7 traducido de The Good News Translation. Esto confirma que nuestra FORMA particular determina nuestro ministerio. Existen cinco elementos que determinan nuestra FORMA. 

“Una simpleza indiscutible realizando un trabajo especial”: In The Press
bottom of page