
Noviembre 27, 2017
¿TENDRÉ PLACER? GÉNESIS 18.12 LBLA
Para muchos hablar de relaciones sexuales es algo dificultoso, bochornoso, y para algunos hasta deshonroso. Mucho tiene que ver los prejuicios que se han concebido en relación a este tópico. En ocasiones he notado que hablar sobre el asunto se considera como una falta grave.
¿Será verdaderamente una falta abordar este asunto? ¿Sera una falta que en la iglesia se trate este tema con la sabiduría que Dios revela en la Biblia? ¿Será una falta que los padres preparen a sus hijos sobre esta parte del ser humano? ¿Sera una falta que los matrimonios no puedan expresarse sobre esta actividad que les es un privilegio?
La palabra hebrea de la que se traduce “placer” es: עֶדְנָה Que también puede entenderse como “deleite”. En algunos contextos lo más probable es que se utilice en referencia al gozo procedente de la maternidad, aunque también se incluye el placer sexual.
En el momento que Sara escucha la promesa de Dios, a ella se le ocurre pensar en semejante placer. Aunque la química de su cuerpo no era lo que solía ser, no estaba demasiado vieja para recordar que era una experiencia placentera.
El Cantar de los Cantares está repleto de ilustraciones del placer de la relación sexual en el matrimonio. Aunque el simbolismo podría ser extraño para nuestra cultura, el propósito está claro: los cónyuges están destinados a disfrutarse el uno del otro.
Uno de los deseos del amor es dar placer al ser amado. Por lo tanto, la relación sexual dentro del matrimonio llega a ser una expresión muy significativa. Es una declaración muy fuerte de amor. El esposo debe causar placer a su esposa, y la esposa debe causar placer a su esposo. Es en la abnegación mutua que el amor encuentra su máxima expresión.
“tanto el esposo como la esposa deben cumplir con los deberes propios del matrimonio. 4Ni la esposa es dueña de su propio cuerpo, puesto que pertenece a su esposo, ni el esposo es dueño de su propio cuerpo, puesto que pertenece a su esposa” 1 Corintios 7.3–4 DHH
“Hallé luego al que mi alma ama: Trabé de él, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me engendró” Cantar de los Cantares 3.4 DHH
“delicada y amorosa cervatilla! ¡Que nunca te falten sus caricias! ¡Que siempre te envuelva con su amor!” Proverbios 5.19 DHH
Es correcto y necesario que le pidamos a Dios que nos dé una perspectiva positiva acerca de las relaciones sexuales en el matrimonio, como una hermosa expresión de amor entre cónyuges.